miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿Quién más va a contracorriente?

-No es justo
-Nada es justo. A lo máximo que se puede aspirar es a que sea lógico.La justicia es una rara enfermedad en un mundo por lo demás sano como un roble.
-¿Eso es lo que pasa cuando uno se hace mayor? ¿Que deja de creer en las cosas, como usted?
-No. A medida que envejece, la mayoría de la gente sigue creyendo en bobadas, generalmente cada vez mayores. Yo voy contracorriente porque me gusta tocar las narices.

C.R.Z

martes, 27 de octubre de 2015

La NADA es ALGO.

Quería pasar a contar sólo dos cosas que remarco de mi visita reciente al Hospital Borda, durante mi cursada de psiquiatría:

Número unonos llevaron a un centro cultural, dentro del mismo hospital, donde pintan y expresan su arte.Sin duda el arte que había entre los pacientes psiquiátricos era mucho más bello de los que he llegado a ver en ciertos museos.
Y he aquí uno ingenioso (y qué profundo).

Número dos:el docente que nos recibió y que nos mostraba el lugar nos dijo que la mayoría de los pacientes que están internados (y que terminaron como terminaron) es por falta de afecto en su niñez. ¿Se dan cuenta?  
¿Del poder de un abrazo?


¿Lo sabes?


Y si supieras las ganas que tenía de creer que habías cambiado. 
Y si supieras las ganas que tenía de creer que era yo la que no te comprendía en aquel entonces.
Y si supieras lo decepcionada que me siento al día de hoy de ver que nada a cambiado.
Y si supieras que cada cosa que me dices me araña un poco más el corazón...

viernes, 21 de agosto de 2015

Palabras clave.


¿Vieron cuando, a veces, un simple "¿cómo estás?" 
basta para que precipite todo lo que una llevaba aguantando?

lunes, 10 de agosto de 2015

Docentes.

No paro de encontrarme con docentes ineptos. La secuencia es siempre la misma: llegan, se sientan, pasan las diapositivas del Power Point y lo único que hacen es leer. Hoy incluso, para ir más allá, la docente no sabía cómo se ampliaba la presentación, el proyector estaba fuera de foco y la única pregunta que le hizo un estudiante entusiasmado no la supo responder. Yo me pregunto cuándo uno llega a ser así. ¿Se dará cuenta que es una total incompetente o es, simplemente, que no le importa? ¿Será que en un pasado sí tenía pasión y se cuestionaba estas mismas cosas que hoy en día escribo yo?
¿Quién o qué le habrá cortado las alas?
¿Me las cortarán a mí?
 

miércoles, 3 de junio de 2015

El poder de estar.


Me es inevitable, a veces, sentirme sola. Hoy tenía una hermosa y linda noticia. Un logro personal que mucho esfuerzo me costó. Estaba radiante de felicidad. Hasta que quise compartirlo y no encontré con quién. Mandé mensajes a mis personas más cercanas, pero en el día de hoy todos andamos demasiados ocupados. 
Quizás suene soberbio de mi parte, si al fin y al cabo, lo que pido, es una palmadita en el hombro un "muy bien"/"que orgullo"/"te felicito".
¿Quién necesita eso?
Desde luego calculo que una persona auto suficiente e independiente, no.
Pero será que hoy ando algo débil, que pido reconocimiento. Pido fuerzas para seguir. Cierta motivación. Porque acá ando, emprendiendo un nuevo esfuerzo sin aún haber festejado el anterior. 
Y quisiera aunque sea esos momentitos en esta vida alocada donde alguien me diga que lo estoy haciendo bien y me de, esa palmadita que tanto ando necesitando.

martes, 19 de mayo de 2015

Barquito de papel.

Me gusta quien soy. 
Pero sé que necesito cambiar en este mundo de leones. 
Soy una pluma en medio de este huracán. 
Y lo que necesito es ser ladrillo.
Soy una florcita de campo y lo que necesito,
 es ser corteza de árbol, más sólida, 
que ningún viento que pase me haga temblar.
Más dureza y menos delicadeza.
Más fuego y menos calma de océano.
Más grito y menos llanto.

Más fortaleza y menos barquito de papel.

martes, 12 de mayo de 2015

Sino, ¿cuál es el sentido?

Y pienso que todos deberían tener a alguien
(como yo te tengo a vos)
que aunque sea, de vez en cuando
nos recuerden aquello que a veces olvidamos
digamos, por ejemplo:
 vivir.

domingo, 19 de abril de 2015

Writing

Confieso que hay veces en las que sólo escribiendo 
descubro qué es lo que me pasa.

sábado, 28 de marzo de 2015

Personas como vos, como yo.

Estando en el hospital se escuchan historias de vidas terribles. 
Hoy fue la primera vez que un paciente se desmoronó contándome su situación. 
No puedo describir todo lo que sentí.
Pero creo que lo más predominante fue querer desmoronarme con él. 
Cosa que no hice, porque sé que sólo hubiera contribuido a hundir más el barco. 
Así que una pone su mejor cara e intenta buscar las mejores palabras que puedan ayudar.

Y siento impotencia por no poder hacer más.

La gota que desborda el vaso es el trato de su médico.
¿Cómo es posible olvidarse que es un ser humano? 
Me refiero a la hora de hablar, de explicarle las cosas al paciente. 
Paciencia y amabilidad. No creo que sea mucho pedir.
En esta profesión es tan común justificarse que uno anda sobrecargado de trabajo, que a veces "es normal" que pierda la paciencia. O que es muy duro emocionalmente, y buscan crear un muro que los distancie del paciente. 

Y yo puedo llegar a entender, que si uno se involucra demasiado llega a ser difícil.
Pero tan sólo quisiera que se den cuenta que son personas 
en su estado más vulnerable...




martes, 24 de marzo de 2015

Comprometerse con la vida.

Si hay algo que no hay que olvidar nunca es la auto-superación constante.



Dejar de decir, y empezar a hacer.
Cuantas más cosas mejor.
Yo voy a tomar de mi gran bolsa de proyectos un par y voy a llevarlos a cabo.
Los animo a ustedes a que hagan lo mismo. 
A salir de esa zona de confort que nos impide crecer.
Y me es inevitable al escribir estas palabras acordarme de Coelho:

"Comprométete con la vida. 
Si estás vivo, tienes que sacudir los brazos, 
saltar, hacer ruido, reír y hablar con la gente, 
porque la vida es exactamente lo opuesto a la muerte. 
Morir es quedarse en la misma posición. 
Si estás muy quieto, no vives."

sábado, 21 de marzo de 2015

¿Qué es una lágrima?

"Podría dar la fórmula química de la lágrima. Pero sería una tontería. Todos sabemos que la lágrima no es nada más que unas letras mayúsculas y unos números chiquitos, un líquido que sirve para lavar el globo ocular, como dijo una vez un crítico en un comentario literario.
La lágrima lava también otras cosas.
La lágrima abre su corola celeste sobre un signo de interrogación. A veces es una pregunta. A veces es una respuesta. Pero siempre es un mensaje. Pero siempre es una mano que se tiende, suplicante y abierta, en busca de otra mano que la estreche.
Y nace lejos de los ojos.
Nace en una región de adentro, ésa que el miedo paraliza; ésa que la emoción o la tristeza dejan un instante como suspendida en el aire, igual que cuando bajamos en un ascensor demasiado rápido; ésa que evidencia que existe justamente en el momento en que la amargura la define con un cosquilleo, con una vuelta de tuerca, con un temblor.
¿Qué es una lágrima?
Una lágrima es, un poco, decir adiós a lo que los ojos vieron antes de la lágrima.
Porque las imágenes anteriores ya no serán las mismas.
Porque cada vez que las miremos, después de la lágrima, las imágenes estarán impregnadas de su humedad salada, de ese sombrío fuego que quemó nuestros párpados.
Nada es igual después de una lágrima.
Ni la alegría, ni el dolor, ni la luz, ni la fe, ni la amistad, ni el amor.
Pero creo que lo que más cambia una lágrima… es al ser que la llora.
A mí me fueron cambiando las lágrimas que derramé en mi vida: la que inauguró la soledad de mi infancia; la que suplantó el grito de rebeldía por las injusticias que se cometieron con mi adolescencia; la que brilló como la estrella de Belén para indicarme el camino que llevaba al sendero bello y cambiante del amor.
La que me borró el espejismo de que cada uno, en el mundo, tenía adjudicado su techo, su pedazo de pan, su cuota de alegría, su renovado asombro cotidiano.
La que me despertó frente al blanco envoltorio desde donde una niña recién nacida, en mitad de la noche, me hizo madre y mujer y rescató los pagos de mis comienzos, que se me habían perdido detrás de una maraña de rabias y de ausencias, de negaciones, de golpes, de inútiles.
SI, a mí me fueron cambiando las lágrimas que derramé en mi vida.
La que corrió por tu rostro cayendo de mis ojos, resbaló por tu cuello, humedeció tu pecho y regó tu corazón haciéndolo más blando y comprensivo.
Esa lágrima que, no sé por qué magia, por qué milagro inesperado, disolvió las espinas que suelen ir creciendo en las personas que se aman, y las van arañando sin que lo adviertan, y van impidiendo que uno se acerque al otro por miedo a lastimarse y por miedo a lastimar, y uno no quiere decir que las ve, que las toca, que las siente, sino que cierra los puños y los ojos y las niega, las niega, las niega. Tres veces, como Pedro, antes que cante el gallo de la lágrima y despierte la verdad y, por fin, despierte la verdad. .. sin fórmulas químicas, sin ecuaciones, sin tontos prejuicios… Todo por una lágrima, una simple lágrima. Esa que atora al mundo, y el mundo… se empeña en no llorar.”

sábado, 31 de enero de 2015

¿Lo habrá?

Que tonta me siento recorriendo carpetas en mi computadora sólo por encontrar alguna foto que estemos juntos. Vos y yo. Las pocas que tengo ya las desgasté con mi mirada una y otra vez. Y son tan viejas que siento que no te veo desde hace el doble de lo que realmente es.

Calculo que en un rato hablaremos por skype. Yo te diré un feliz cumpleaños con una sonrisa intentando esconder la tristeza. Vos me sonreirás de vuelta, pero en el fondo sé que somos muy parecidos.

Quizá me equivoque. Quizá no te importe estar tan lejos en un día como hoy. Recuerdo que el año pasado olvidaste mi cumpleaños. Eso dolió. ¿Te dolió a vos?

Siento impotencia por no poder hablar con vos. No el hecho de "hablar" en sí, sino realmente HABLAR, ¿me explico?. No sé si alguna vez en nuestras vidas nos sentamos, vos y yo, y pusimos el corazón en la mesa. No lo creo. Me entristece decir que no te conozco, que no me conocés.

Y aún así, aún con todas esas ganas por acabar con ello, carezco de esa virtud que posee cierta gente, de llegar al interior de la otra persona con apenas un par de palabras.

Tan sólo espero que estés feliz. Y que me extrañes, aunque sea, alguna noche de invierno en la que nada te haya salido bien.
Hay tantas cosas que quisiera saber de vos. Tu niñez, tu adolescencia. Tus sueños. Tus proyectos a futuro.

Sigo diciéndome que habrá tiempo para todo ello.
Pero, ¿lo habrá?
Te quiere, tu hija.

Universos paralelos.

"I feel like I'm in the wrong world.
'Cause I don't belong in a world where we don't end up together. 
I don't.
There are parallel universes out there where this didn't happen.
Where I was with you, and you were with me.
And whatever universe that is, that's the one where my heart lives in."


"Comet"

domingo, 11 de enero de 2015

Carta a la vida.

Hoy me pongo a pensar en lo vacío que estuvieron aquellos años. Ese lugar no me pertenecía, nunca lo hizo. Me dio la idea en aquel entonces que, una vez que alguien se marcha, queda atrapado en la nada. Una especie de limbo, ¿sabes?. No eran mías esas calles que ahora recorría, no eran mías esas personas con las que gastaba mi tiempo. Y más aún, no era mío lo que había dejado atrás (me llevó tiempo comprender esto). No me sentía parte de nada. Quizá fue mi culpa y mi temor a entregarme con el alma desnuda. Quizá mi limbo fue quedarme encerrada en mí misma. Quizá fue simplemente que aquel no era mi lugar.

Ahora echo la mirada atrás y siento haber desperdiciado esos años. Siento que no brillé. Dime, ¿hay un mayor pecado que aquél? No tenía sueños o proyectos. Es como que mi preocupación mayor siempre hubiera sido encajar en ese sitio que no me pertenecía, que nunca lo hizo. Como querer encajar una pieza en el tablero equivocado.

Sin embargo no quería irme. Irme para mí era el castigo más grande que la vida me ponía por delante. Sentía que lo perdía todo, sin darme cuenta que no tenía nada que perder. Sin darme cuenta que era la primera vez que ganaba algo.

Lloré, maldecí. Cada adiós fue como una puñalada en el pecho. Aún recuerdo tantas espaldas marchar...

Hoy me doy cuenta que esas vidas nada me aportaban. No creo que estuvieran vacías, creo que tocaron muchas almas. Pero no la mía. La mía no estaba allí, se me ocurrió que quizá se hubiera quedado en una parte del océano entre tanto viaje.

Al volver la recuperé sin darme cuenta.
Me llevé la decepción, esa que todo el mundo dice de "donde has sido feliz no has de volver" sólo que con personas más que con lugares. Créanme, es aún peor.

Pero nada me importaba porque recuperé mi alma. Me costó un tiempo sanarla. Darle el calor que el océano le había arrebatado tras todos estos años.

Y hoy, tras mucho tiempo sin poder decirlo, siento que pertenezco aquí. 
Siento que brillo. Siento que la pieza finalmente encajó. Me siento feliz.

jueves, 8 de enero de 2015

Perfecto es tu amor.

“Porque todo es posible contigo, 
no digo que todo sea fácil, 
pero tú me das tanta esperanza que te admiro. 
Me haces dar tantos pasos hacia delante, 
que siento ser perfecto. 
Y decir que soy perfecto, 
es decir que me amas.” 


domingo, 4 de enero de 2015

Motivos para amarte.

Te amo porque a tu lado soy yo, y no te empeñás en moldearme a tu manera. 
Te amo porque tenemos aspectos distintos que nos respetamos y aceptamos, 
y de los cuales también aprendemos. 
Te amo por todo lo que compartimos (sobre todo, la misma pasión en la vida).
Te amo porque estamos juntos, 
tanto cuando nuestras manos se entrelazan como cuando alguien marcha lejos.
Y te amo porque nos dejamos volar libremente,
 sin necesidad de que el otro nos vigile el vuelo con ojos atentos. 
Y te amo porque no hace falta tomar decisiones con el miedo de qué pensará el otro, 
porque sabemos que su apoyo nunca va a faltar.


Te amo porque yo soy yo y vos sos vos,
y juntos somos vos y yo,
nunca algo moldeado a los ideales del otro.