Sueños con garantía.

A todos nos gustaría sueños a futuro con garantías. Así sustituimos el "si no queda satisfecho le devolvemos su dinero" por un "si su sueño terminó hecho trizas le devolvemos sus ilusiones".

Pero no existen tales garantías.

Existe lanzarse al cielo con los ojos cerrados a volar, esperando tener las alas para no caer.

Y es posible hacerlo, cuando el sueño es lo suficientemente inmenso.

Pero la posibilidad de caer siempre está ahí. Quizás algún día en medio del vuelo abramos los ojos y nos aterroricemos al darnos cuenta que no teníamos alas y caigamos en picada. Quizá no tenga que ver con nosotros, que sea el viento el que nos haga caer. 

Yo aprendí a no planear demasiado mi vida, que cuando uno dice "derecha" la mayoría de las veces termina en "izquierda". Y no quiero que se confunda con pesimismo o qué sé yo, yo siento que veo las cosas claras. Veo lo que puede ser y lo que no.

Y sí, a veces pienso que podría ser a futuro. Pero intento olvidarlo rápido.

Porque lo único que quiero es concentrarme en el hoy, en mi vuelo en el aire sin esperar aterrizar de ningún otro lado. 

Sin siquiera pensar cómo es que estoy ahí arriba.