sábado, 13 de julio de 2019

Conflicto de emociones.


Aún no llego a comprender si donde me recuesto 
es un colchón de rosas 
o una enredadera 
que terminará estrangulándome. 

domingo, 7 de julio de 2019

Del otro lado.

El día de ayer me tocó estar del otro lado del telón.
Siempre mantuve que no hay peor pesadilla para un médico que convertirse en paciente. Nos gusta controlarlo todo. 
Y estando del otro lado no nos queda más que dejarnos a manos del otro.
Sentirnos vulnerables. Sentir que todo eso que estudiamos, que vemos en libros, que tratamos, no nos deja exentos, nos puede pasar, somos uno más. No somos invencibles. Tenemos quizá, más miedos que el paciente común, pues todo el conocimiento de nuestra cabeza nos acecha con todas las cosas malas que pueden llegar a pasar. Aunque sea una pavada. Aunque sea algo menor.
Entré a quirófano y lo primero que hice fue irme al lado de la mesa de anestesia. 
Como un acto reflejo, supongo. O negación. 
"A la camilla, doctora"- me dijo. Y me dejé a sus manos.

viernes, 5 de julio de 2019

Quizá un día recapacites. No hoy.

Y allí estabas. Fue un encuentro de imprevisto. De pronto me giré y estabas. 
Me sonreíste y me preguntaste cómo andaba. Y lo hiciste con total naturalidad, como si el océano hubiera estado siempre calmo, como si hubieras olvidado la tempestad que nos sacudió un día y nos hizo soltarnos las manos. 
Y eso me hizo enfadarme como nunca. 
Estoy cansada de fingir. Estoy cansada de poner sonrisas donde la lógica me dice que no debería haberlas. Estoy cansada de ser la que perdona, la que cede, la que comprende. La que se empeña en pintar el mar de azul, sin grises en sus olas. La que siempre está. 
No me vengas a saludar entre sonrisas, menos a preguntar cómo estoy. 
Si te interesara me habrías contestado el teléfono tanto tiempo atrás. 
El que decidió echarme de su vida fuiste vos, me lo dijiste, con tu pobre y lamentable excusa, y yo te lo acepté, te di las gracias (tonta, tonta de mí) y di un paso atrás. 
No me había dado cuenta de lo enfadada que estaba hasta que te vi acercarte hoy con una sonrisa. ¿Quién sos? Ya no sos alguien que yo conozca, y yo ya no soy tu amiga.
Esos fueron tus términos. Así que hoy, no me preguntes como estoy, sé que no te interesa,
                en absoluto.