miércoles, 4 de septiembre de 2019

Dance it out.

Así estamos. Ajetreados de trabajo. Pilas de libros que debemos leer. Con agendas que explotan de pendientes. Con nuestra cabeza que hace malabares para estar en todo a todo momento. Así estamos. Siempre con cosas que parecen urgentes. Con prioridades impuestas, o que quizá uno mismo eligió en medio de un soñar que los días eran más largos. Y así nos vamos olvidando de cultivar lo más importante: nuestra alma. Darle alas, pintarla, echarla a volar. Ahora sólo escribo en mi cabeza. Ahora sólo canto entre susurros a las 6 am cuando espero el transporte para ir a trabajar. Ahora sólo hago una pequeña introspección a la noche, antes de de que mis ojos cansados caigan dormidos. 
El alma. 
Propongo una agenda de bienestar psíquico. Esta mínimo debe incluir 3 bailes semanales que sean con música a máximo volumen mientras dejamos la mente en blanco, preferentemente será una vez llegados del trabajo, tiramos el bolso y nos vamos quitando los jeanes y el corazón apretados. La adición de abrazos de parte de cualquiera será un "must" diario. La introspección no se deberá limitar a los domingos por la tarde. Se deberá cantar como aerosmith en don't wanna miss a thing al menos, dos veces semanales. Escribir, para entender qué nos pasa, mínimo, día por medio, pero está sujeto a la intensidad de las vivencias semanales.
El alma.
Nosotros.
Querernos.
Autoabrazarnos.
Automimarnos.
Dejarnos florecer.
No olvidarnos de que existimos y darnos alas.