martes, 31 de diciembre de 2019

My whises.

Que hacer el ridículo sea algo que nos haga feliz, que existan medallas para todo aquel que sea capaz de escaparle a la alienación. Que escupamos la bebida en un ataque de risa. Que digamos todos los "te quiero" que queramos decir, sin miedo o duda. Que abracemos el vuelo y las caídas, porque todo nos enseña. Que la magia nos brote por los ojos y los poros. Que seamos incondicionales sin importar qué de el otro. Que nos equivoquemos y nos demos el lujo de no juzgarnos a nosotros mismos. Que besemos con el alma, más allá del físico. Que saquemos a bailar a nuestros sueños, y no los olvidemos en un cajón
Que nos rebose las ganas de vivir la vida.
 (y compartirla, claro está)
 

sábado, 28 de diciembre de 2019

Me niego.

Me niego a pensar que la magia sea algo efímero.
Me niego a encerrar sentimientos en un cajón.
Me niego a olvidar todo aquello que me hizo sentir viva.
Me niego a pensar que hay cosas imposibles.

viernes, 18 de octubre de 2019

¡Salió el sol!

"¡Salió el sol! ¡Salió el sol!"  Un anciano con ropa desaliñada y apoyado en su bastón, no paraba de repetirlo. La gente, ajetreada, ni siquiera reparaba en su presencia. "¡¡¡Che!!! ¡¡¡Que salió el sol!!!" — Gritó una vez más, y esta vez fue con enojo, lo cual me hizo mirarlo con más atención. A su alrededor, el resto de transeúntes parecían absortos en pantallas o corriendo en base a agendas apretadas. Había sido un día pintado sólo con color gris y la lluvia había sido algo constante. Yo llevaba ya un rato maldiciendo por lo bajo por el transporte público que no llegaba más y las colas eternas. Y ahí estaba él, viendo lo que nadie veía, dándose cuenta de lo que nadie se daba cuenta. ¡Ey, vos!. Salió el sol.

sábado, 5 de octubre de 2019

Ser timón.


Ella me dijo "sé timón, nunca ancla", una vez. 
Y eso es tan suyo, tomar aire, alzar las velas y dirigir su propia vida, 
nunca conformarse, siempre buscar más, 
siempre luchar contra viento, olas y huracanes 
y dirigirse allí donde se crea más feliz. 
Y así la quiero siempre, feliz. 

Amar el caos.

Llegado un momento de la madrugada veía actuar a mis manos desde lejos. Éstas rápidas, rompían ampollas y cargaban jeringas. En los momentos en los que había que usar la cabeza era necesario parar en seco y dar un par de respiraciones profundas que aclararan la mente. Las piernas, que no se sentaban hace 24 horas ni siquiera extrañaban a la silla. Las horas sin dormir ni se acordaban lo que era la cama y una buena almohada donde apoyar la cabeza. De la comida era imposible quejarse, cuando uno cena a las dos y media de la madrugada por más que esté fría. 
Y es que todo está tan mal pero se siente tan bien. 
Y me siento un poco loca sonriendo en todo este caos, esa tempestad, ese huracán que nos pone pata para arriba...pero lo cierto es, que me llena el alma.
Aquí, soy feliz.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Dance it out.

Así estamos. Ajetreados de trabajo. Pilas de libros que debemos leer. Con agendas que explotan de pendientes. Con nuestra cabeza que hace malabares para estar en todo a todo momento. Así estamos. Siempre con cosas que parecen urgentes. Con prioridades impuestas, o que quizá uno mismo eligió en medio de un soñar que los días eran más largos. Y así nos vamos olvidando de cultivar lo más importante: nuestra alma. Darle alas, pintarla, echarla a volar. Ahora sólo escribo en mi cabeza. Ahora sólo canto entre susurros a las 6 am cuando espero el transporte para ir a trabajar. Ahora sólo hago una pequeña introspección a la noche, antes de de que mis ojos cansados caigan dormidos. 
El alma. 
Propongo una agenda de bienestar psíquico. Esta mínimo debe incluir 3 bailes semanales que sean con música a máximo volumen mientras dejamos la mente en blanco, preferentemente será una vez llegados del trabajo, tiramos el bolso y nos vamos quitando los jeanes y el corazón apretados. La adición de abrazos de parte de cualquiera será un "must" diario. La introspección no se deberá limitar a los domingos por la tarde. Se deberá cantar como aerosmith en don't wanna miss a thing al menos, dos veces semanales. Escribir, para entender qué nos pasa, mínimo, día por medio, pero está sujeto a la intensidad de las vivencias semanales.
El alma.
Nosotros.
Querernos.
Autoabrazarnos.
Automimarnos.
Dejarnos florecer.
No olvidarnos de que existimos y darnos alas.

sábado, 13 de julio de 2019

Conflicto de emociones.


Aún no llego a comprender si donde me recuesto 
es un colchón de rosas 
o una enredadera 
que terminará estrangulándome. 

domingo, 7 de julio de 2019

Del otro lado.

El día de ayer me tocó estar del otro lado del telón.
Siempre mantuve que no hay peor pesadilla para un médico que convertirse en paciente. Nos gusta controlarlo todo. 
Y estando del otro lado no nos queda más que dejarnos a manos del otro.
Sentirnos vulnerables. Sentir que todo eso que estudiamos, que vemos en libros, que tratamos, no nos deja exentos, nos puede pasar, somos uno más. No somos invencibles. Tenemos quizá, más miedos que el paciente común, pues todo el conocimiento de nuestra cabeza nos acecha con todas las cosas malas que pueden llegar a pasar. Aunque sea una pavada. Aunque sea algo menor.
Entré a quirófano y lo primero que hice fue irme al lado de la mesa de anestesia. 
Como un acto reflejo, supongo. O negación. 
"A la camilla, doctora"- me dijo. Y me dejé a sus manos.

viernes, 5 de julio de 2019

Quizá un día recapacites. No hoy.

Y allí estabas. Fue un encuentro de imprevisto. De pronto me giré y estabas. 
Me sonreíste y me preguntaste cómo andaba. Y lo hiciste con total naturalidad, como si el océano hubiera estado siempre calmo, como si hubieras olvidado la tempestad que nos sacudió un día y nos hizo soltarnos las manos. 
Y eso me hizo enfadarme como nunca. 
Estoy cansada de fingir. Estoy cansada de poner sonrisas donde la lógica me dice que no debería haberlas. Estoy cansada de ser la que perdona, la que cede, la que comprende. La que se empeña en pintar el mar de azul, sin grises en sus olas. La que siempre está. 
No me vengas a saludar entre sonrisas, menos a preguntar cómo estoy. 
Si te interesara me habrías contestado el teléfono tanto tiempo atrás. 
El que decidió echarme de su vida fuiste vos, me lo dijiste, con tu pobre y lamentable excusa, y yo te lo acepté, te di las gracias (tonta, tonta de mí) y di un paso atrás. 
No me había dado cuenta de lo enfadada que estaba hasta que te vi acercarte hoy con una sonrisa. ¿Quién sos? Ya no sos alguien que yo conozca, y yo ya no soy tu amiga.
Esos fueron tus términos. Así que hoy, no me preguntes como estoy, sé que no te interesa,
                en absoluto.

viernes, 21 de junio de 2019

Aviso urgente.

Se necesita de urgencia.
Mandemos mensaje, llamemos, 
salgamos a golpear puertas.
Corramos.
Lo necesitamos ya.
Lo necesito ya.
Unos brazos, que me rodeen y me hagan sentir 
que el mundo más allá de ellos no existe
y unos labios que me susurren al oído
que por más que me sienta pequeña en ese abrazo
para vos, soy infinita.

sábado, 8 de junio de 2019

Paredes II

De vuelta entre estas paredes que ya son amigas, ya me abrazan, ya se sienten propias, una extensión de una misma. A veces creo que paso más horas dentro que fuera de las paredes, y eso por momentos me enfada. Pero de vez en cuando siempre hay un comentario que te rescata de la asfixia, unas palabras que se sienten como una bocanada de aire fresco dentro de este búnker, dentro de esta jaula
Cuando un paciente que ya tuvo una mala experiencia con un colega te agradece tu trato y te dice "doctora, gracias, ¿puedo elegirla siempre a usted para que me haga la anestesia?". Cuando empezás a tener a gente a cargo y ven cómo trabajás y te dicen "vos sos el trabajador silencioso: nadie nota nada, pero te encargás de hacer todo".
Y si el otro no quiere decorar las paredes porque es más fácil dejar el culo en la silla, problema del otro. 
Y si el otro puede dormir tranquilo dándole un trato mediocre al paciente, problema del otro. 
Yo a mis paredes las peino, las maquillo, las mimo y las arropo para dormir.

sábado, 25 de mayo de 2019

A mi amigo ausente.

Estoy aquí por releer un viejo libro, y me he acordado de ti, 
porque casualmente me lo has regalado tú este libro que yace hoy en mis manos. 
Hace años atrás ya. 
¿Años? Como se nos escapa el tiempo, como todo queda atrás. 
Tú fuiste una de las cosas que quedó atrás. 
Me hubiera gustado que fuese distinto. 
Que me acompañara tu amistad, 
sobre todo en estos momentos en los que los cambios parecen abundar. 
De repente, desapareciste. 
De repente te busqué y no estabas. 
Te llamé y no contestabas
Pensé que era algo momentáneo. 
Pero el tiempo avanzaba devorándonos 
y yo no tenía más que tu silencio. 
Un día más te escribí, en un arrebato de esos de echar de menos, y me respondiste. 
Me dijiste el por qué de tu ausencia, un por qué paupérrimo, 
un por qué que me hubiera dado ganas de tomarlo con las manos y retorcerlo, 
estrangularlo, hacerlo trizas. 
Pero era tu por qué y era verdadero.
Y yo tan sólo te agradecí por ello y no te escribí más. 
No te llamé más. 
No te busqué más. 
Pero mentiría si te dijera que no te pensé más... 

sábado, 11 de mayo de 2019

Se pierde.

"El fin de una relación es como una muerte de la que sólo saben dos personas. 
Se pierde una vida. 
Todo lo que hicimos juntos... 
todos los lugares que visitamos, 
las peleas, esos momentos de ternura."

martes, 12 de marzo de 2019

. . .

La inseguridad es una sombra que me acecha.
Siempre que me giro ella está ahí,
incluso de noche, cuando no la veo, sé que sigue estando ahí.
Y siento una necesidad agobiante de llorar
y no paro de preguntarme dónde está la sombra de los demás
por qué no los atormenta como me lo hace a mí,
por qué nadie la nota si siempre esta ahí.

domingo, 3 de febrero de 2019

Viajar siendo distinta.

Y acá estamos. 
La última vez que tomé un avión tenía 18 años, 
el corazón roto y los sueños pisoteados. 
Lloraba tanto, que las azafatas se acercaban a preguntarme si necesitaba algo. 
Estaba sola, y lo que es peor, me sentía sola, porque todo lo que tenía había quedado allí abajo, en tierra, y del otro lado cuando aterrizara, estaría mi cuerpo con una sonrisa pintada. "Casi no te reconocí" me dijeron al llegar, cuando me vieron, cuando vieron el embace pero se dieron cuenta de que el interior había quedado completamente vacío.


Me llevó años llenarme. Reconstruirme. Juntar los pedazos y pegarlos. 
Al principio cambié las lágrimas por enojo. Después fueron silencios. 
Y fue mucho más tarde que volví a sonreír.

Hoy, vuelvo a tomar un avión después de todos esos años.
Quien viaja no es la misma persona.
Hoy no viajaré llorando. Hoy, mi corazón palpita con fuerza. 
Y tengo una maleta llena, de sueños, de todas formas y colores, 
para mí y envueltos para regalar (-te).

sábado, 2 de febrero de 2019

Paredes.

Escribo desde aquí, desde estas paredes que encierran y aislan. 
Son tantas paredes que te hacen olvidar que existe algo más allá de ellas. 
Una burbuja. Un búnker. Mil denominaciones para una misma cosa. 
Aquí todo es distinto que allí afuera. Aquí las horas pasan rápido pero son pesadas, llenas de trabajo. Aquí existen camas en las que uno apenas llega a apoyar la cabeza en la almohada.
 Fue ayer que yo fui a ver a aquel paciente.  Aquí, en el búnker, a veces una se frustra con las paredes y con la gente que ellas contienen. Estaba yo, cabizbaja, con ganas de llorar o de derribar paredes, cuando fui a verlo. 
El señor tenía 59 años y un cáncer gástrico. A excepción de ello, ninguna enfermedad, ni siquiera fumaba un cigarrillo. El día de mañana le realizarían una cirugía mayor y el tipo sonreía. Sonreía dentro de esas paredes. Son-re-í-a. Me pareció increíble. Y le ponía tantas ganas, y yo intenté sonreír porque cuán idiota puedo ser, cuán estúpidos son mis problemas y cuán cabizbaja estoy enfrente suyo. Se me caería la cara de vergüenza. Ante él y ante la vida. 
 Hoy, el señor entró a las paredes del quirófano. Se lo notaba algo más nervioso, y aún así conservaba la sonrisa. El cáncer estaba muy avanzado. No se pudo resecar todo el tumor. La sobrevida que le dieron los cirujanos fue de un año a lo sumo. Un año. Un tipo sano, que empezó con tan solo anemia, viene a descubrir EN NADA que tiene un cáncer gástrico que le comió la vida. Cuánta vitalidad tirada a la basura. Cuánta sonrisa perdida, en esta burbuja, en este búnker, en estas paredes que se comen a la gente y nos hace olvidar lo que hay afuera.


Y creo que solo lo comprende quién comparte las paredes...


martes, 22 de enero de 2019

Paper airplane.


Y así estuve, años armando avioncitos de papel.
Sentada en aquel escritorio, que era el caos, lleno de apuntes, de calendarios con fechas remarcadas, de paredes que gritaban todo aquello que no debía olvidar. Allí estuve, aislada, haciendo viajar mis sueños en trozos de papel que apenas volaban por encima de mi cabeza y volvían a descender. Allí estuve, tanto tiempo con  los pies sobre la tierra. 
Y ahora acá estoy, siendo tan distinta.
Cambiando los avioncitos de papel, por un par de alas.
Tomando carrera para saltar, y volar.

martes, 15 de enero de 2019

Let's see inside us.

Y allí estaba yo, rodeada de dolores, lágrimas, arrepentimientos,
rodeada de vida apagándose,
y sin embargo
sintiéndome tan viva
sorprendiéndome sonriendo por la calle
con el alma estallando en colores
descubriendo que la felicidad, está dentro nuestro
y que cuando uno se da cuenta, y la abraza, puede ser hermoso.