A veces la oscuridad retorna. Es como querer arrancarse una picadura de mosquito, igual de estúpido, la roncha está ahí, y por momentos te olvidás de ella, pero en otros, te vuelve la desesperación.
La oscuridad vuelve a picar, y se me tira encima, y yo abro los ojos y aun así, no puedo escapar, es una oscuridad inmensa que pareciera tragarme, querer llevarme a el pozo más profundo y oscuro.
Y cuando siento que me tiemblan las piernas, que estoy por caer, noto tu mano. Tu mano que me aprieta con fuerza para hacerme saber que estoy a salvo, y a la vez, con la dulzura del amor, y que me ilumina, no solo el ambiente, no sólo lo que mis ojos ven... sino que ilumina mi interior. Y cada rinconcito de mi ser tiene la felicidad que me transmiten tus palabras, la paz que me trasmite tu mirada y que me hace entender...
...no estoy sola,
vos sos mi luz.
Y, la oscuridad come la carne.
ResponderEliminarY, la luz quizás sea el calor acreditado.
En el matiz grisáceo, en la sombra prolongada,
en la soledad de un día lluvioso.
Saluditos.
Y tu eres la luz de él....lindo texto, como siempre..Tan enamorada estás?..felicidades..
ResponderEliminarBendiciones....
Pues desde luego, aqui Oscuridad no hay, que yo sepa , no hay Ninguna, Besos.
ResponderEliminarLuminosa Celeste, no apagues esa luz Besos.
que hermoso celeste!
ResponderEliminares tan lindo el amor <3
un abrazo!
No hay lugar mejor que estar con vos, dice una canción... Un abrazo.
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