Voy a tomar palabras prestadas de mi queridísimo Jorge Luis Borges cuando dijo: "Temí que no quedara una sola cosa capaz de sorprenderme".
Porque juro, que en un momento, yo también lo creía. No había nada que captara mi atención, era todo indiferencia hacia lo ya visto, lo ya conocido, y lo que no era conocido, parecía igual de predecible y aburrido.
Como si todo fuera del mismo tono de gris.
Y llegué a creer que siempre sería así, y cuando empecé a resignarme a ello... lo conocí.
Y él fue como una caja enorme de regalo, que la abrís y adentro hay otra caja.
Y adentro de esa otra caja hay otra, y luego otra, y luego otra más pequeña...
Me llenó de sorpresas. Me devolvió todos los colores habidos y por haber, incluso me hizo ver nuevos. Me despertó de esas siesta eterna en la que me sentía hundida.
Y ahora mismo, me siento como una niña que lo tiene todo por descubrir.
Que bonito texto..sentirse así, en ese estado, es lo mejor que hay...el amor lo cambia todo dentro de uno mismo..felicidades por sentirte así :)
ResponderEliminarMe encanta Borges..
Bendiciones...
oh... que hermoso... que encantador.. ame esas palabras.. de verdad... buenisimas! :)
ResponderEliminargracias por pasarte! un abrazo!:)
Temor superado. Como a Borges.
ResponderEliminarSaludos Celeste