El problema es que vivimos queriendo tener el rompecabezas armado. Pieza por pieza en su lugar, que nada desencaje, no tener esa histeria e incertidumbre de "¿dónde irá esta pieza?".
Y ahora digo yo, ¿qué importa dónde vaya? Basta de eso. Basta de buscarle la lógica a todo, basta de la necesidad de estar dominados bajo la razón.
Yo te propongo vivir desordenados, siendo piezas de rompecabezas todas entremezcladas y sin encajar. Porque si te parás a pensar un minuto te vas a dar cuenta de que tus momentos más lindos, estuvieron desarmados...