El problema es ese:
que cuando a uno se le van las dudas
al otro le vienen.
Y así vamos, en un vaivén
que pareciera no terminar nunca
que pareciera no conducir a ninguna parte
haciendo todo a medias
porque ambos queremos volar
pero nadie se anima a dar el salto
por miedo a terminar hecho añicos
Así que nos quedamos, cada uno en su lado del abismo
y nos miramos desde lejos
y a veces hacemos el amor y pareciera que volamos
pero luego me doy cuenta
que cada uno dejó su corazón en tierra
por si las dudas no salga dañado.