Que hacer el ridículo sea algo que nos haga feliz, que existan medallas para todo aquel que sea capaz de escaparle a la alienación. Que escupamos la bebida en un ataque de risa. Que digamos todos los "te quiero" que queramos decir, sin miedo o duda. Que abracemos el vuelo y las caídas, porque todo nos enseña. Que la magia nos brote por los ojos y los poros. Que seamos incondicionales sin importar qué de el otro. Que nos equivoquemos y nos demos el lujo de no juzgarnos a nosotros mismos. Que besemos con el alma, más allá del físico. Que saquemos a bailar a nuestros sueños, y no los olvidemos en un cajón.
Que nos rebose las ganas de vivir la vida.
(y compartirla, claro está)
Que nos rebose las ganas de vivir la vida.
(y compartirla, claro está)