Y cuando se acaba la motivación...
queda seguir.
Contra viento y marea
la motivación no es eterna,
y empezás a entender
que hay muchos factores que la alteran.
Entonces... si vuela,
si se esconde,
si se pierde,
aun queda algo por hacer:
seguir.
Aunque sea por inercia.
Seguir a toda costa.
Ya verás, en un momento,
volverá a florecer.