martes, 26 de noviembre de 2013

Embriáguense.

Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.

Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.

Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:

“¡Es hora de embriagarse!"



Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.

8 comentarios:

  1. Ya lo decía el poeta, "Quiero olvidar en la embriaguez el dolor de nuestra ignorancia. "

    Besos Celeste

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  2. Oh, que bonito.
    ¡Embriaguémonos pues!

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  3. me acabo de embriagar al leer tan lindo texto :)
    Bendiciones..

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  4. Me encanta este texto. Y también me encanta la idea de embriagarme de música y amor.
    Siempre es hermoso lo que compartís.
    Un abrazo enorme, Cele!

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  5. Que lindo como escribes, aunque sinceramente sea cual sea nuestra eleccion de con qué embriagarnos, la caida a la realidad usual es la que aturde, lamentablemente no podemos vivir embriagados :(. Un kiss, te espero en mi blog

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    Respuestas
    1. Gracias pero no lo escribí yo, sino Charles Baudelaire, tal y como dice la etiqueta.

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  6. La embriaguez es, por sí misma, una categoría ontológica. Algunos lo han tenido bien claro. Los poetas malditos, los chamanes, los locos. La embriaguez nos induce a meterle mano a la vida y salirnos con la nuestra. Y vale la pena pagar el precio.

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