Clara no solía tener las ideas claras.
Es de aquellas personas que cualquier decisión se la piensan dos veces.
Da igual si fuera algo importante o si fuera el color del vestido que se pondría aquel día o el gusto del helado que degustaría esa noche.
"No sé"— siempre se decía.
Esas malditas estúpidas cuatro letras salían de su boca siempre que tenían ocasión. Y se odiaba por ello.
Miraba con devoción a aquellas que eran impulsivas, que tenían las ideas claras. Ella siempre lo tenía que pensar dos veces. O tres, o quizá cuatro.
Las posibles consecuencias de todas sus decisiones siempre estallaban en su cabeza a la hora de decidir.
Y es que una vez leyó, que lo que nos cambia la vida no son las grandes decisiones, porque éstas son las que menos. Lo que nos cambia la vida son las pequeñas decisiones que vamos eligiendo todos los días, sin darnos cuenta...
Son las pequeñas
ResponderEliminarBesos
Y las grandes tb, Celeste!
ResponderEliminar