viernes, 18 de octubre de 2019

¡Salió el sol!

"¡Salió el sol! ¡Salió el sol!"  Un anciano con ropa desaliñada y apoyado en su bastón, no paraba de repetirlo. La gente, ajetreada, ni siquiera reparaba en su presencia. "¡¡¡Che!!! ¡¡¡Que salió el sol!!!" — Gritó una vez más, y esta vez fue con enojo, lo cual me hizo mirarlo con más atención. A su alrededor, el resto de transeúntes parecían absortos en pantallas o corriendo en base a agendas apretadas. Había sido un día pintado sólo con color gris y la lluvia había sido algo constante. Yo llevaba ya un rato maldiciendo por lo bajo por el transporte público que no llegaba más y las colas eternas. Y ahí estaba él, viendo lo que nadie veía, dándose cuenta de lo que nadie se daba cuenta. ¡Ey, vos!. Salió el sol.

sábado, 5 de octubre de 2019

Ser timón.


Ella me dijo "sé timón, nunca ancla", una vez. 
Y eso es tan suyo, tomar aire, alzar las velas y dirigir su propia vida, 
nunca conformarse, siempre buscar más, 
siempre luchar contra viento, olas y huracanes 
y dirigirse allí donde se crea más feliz. 
Y así la quiero siempre, feliz. 

Amar el caos.

Llegado un momento de la madrugada veía actuar a mis manos desde lejos. Éstas rápidas, rompían ampollas y cargaban jeringas. En los momentos en los que había que usar la cabeza era necesario parar en seco y dar un par de respiraciones profundas que aclararan la mente. Las piernas, que no se sentaban hace 24 horas ni siquiera extrañaban a la silla. Las horas sin dormir ni se acordaban lo que era la cama y una buena almohada donde apoyar la cabeza. De la comida era imposible quejarse, cuando uno cena a las dos y media de la madrugada por más que esté fría. 
Y es que todo está tan mal pero se siente tan bien. 
Y me siento un poco loca sonriendo en todo este caos, esa tempestad, ese huracán que nos pone pata para arriba...pero lo cierto es, que me llena el alma.
Aquí, soy feliz.