Y ya ves, un día llega tu cumpleaños y te mando un mensaje.
Y al abrir nuestro chat, descubro que nuestra última charla fue para mí cumpleaños.
Cinco meses atrás.
Siempre lo mismo: "feliz cumple" y el otro responde un "gracias".
Nunca un "¿cómo estás?", "¿qué es de tu vida?".
Me pregunto cómo puede resultarte tan indiferente mi vida.
Siempre fui invisible a tus ojos.
Y me llevó tiempo comprender que no lo soy a los ojos de todos.
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